jueves, 8 de marzo de 2012

HISTORIA DEL CROCHET


La evidencia más temprana del crochet vino de América del sur, en donde una tribu primitiva fue vista utilizando adornos del crochet en ritos de la pubertad.

En China, ejemplos tempranos eran conocidos de muñecas tridimensionales trabajadas en crochet.

La investigación sugiere que el crochet se deriva probablemente de la costura china y de una forma muy antigua de bordado conocida en Turquía, de la India, de Persia y de África del norte, que alcanzaron Europa en los años 1700s y fueron conocidas como "tambouring," del "tambour francés" o del tambor.
En esta técnica, una tela del fondo es tensada y estirado en un marco. El hilo de rosca del funcionamiento se sostiene por debajo de la tela. Una aguja con un gancho se inserta hacia abajo y un lazo del hilo de rosca del funcionamiento elaborado a través de la tela. Con el lazo todavía en el gancho, el gancho entonces se inserta un poco más hacia adelante y otro lazo del hilo de rosca del funcionamiento se elabora y se trabaja a través del primer lazo para formar una puntada de cadena. Los ganchos del tambour eran tan delgados como agujas de la costura, así que el trabajo se debe haber logrado con el hilo de rosca muy fino.

Es difícil seguir la historia de esta forma de tejido, no solamente porque el producto es perecedero, sino también porque, antiguamente, el límite entre una artesanía y otra no podía definirse con claridad. En algunas partes del mundo, por ejemplo, se utilizaban agujas que tenían ganchos en la punta muy similares a los actuales. El sentido común nos sugiere que el hombre debe haber descubierto las simples ventajas del gancho como instrumento para manejar una hebra, mucho antes de crear los complejos procesos y herramientas que se utilizan para hacer los hilados y tejidos. Sin embargo, la evidencia tangible indica que , en la Edad de Piedra, se practicaba ya una especie de tejido; el tejido en bastidor floreció durante mil años, antes de que fuera suplantado por el tejido a mano,  aproximadamente  al comienzo de la Era Cristiana; y la más antigua evidencia del crochet data sólo de la Edad Media, No obstante, es mejor no aceptar literalmente este orden de cosas, las primeras muestras de telas hiladas y tejida, dan la impresión de que la humanidad ya dominaba estas técnicas a un grado que desafía cualquier explicación, y en una época en la cual la historia todavía no era registrada. De cualquier manera, no es factible que lleguemos a conocer el largo y complicado proceso de desarrollo que tuvo lugar antes de que se consiguiera ese grado de perfección.

Las pruebas de que disponemos actualmente sugieren que los pastores y marinos de la Europa medieval hacían toscas vestimentas con lana procesada a mano, utilizando ganchos de hueso, de fabricación casera. Este método recuerda tal vez el empleado en el crochet tunecino (afgano). Este tipo de crochet, que se realiza con un gancho largo, se parece un poco al tejido de aguja y, de hecho, evolucionó probablemente de las técnicas de tejido que se desarrollaron en el Medio Oriente, antes de Cristo.

Así mismo, existe cierta evidencia de que en la América prehispánica se practicaba y aun tipo de crochet, principalmente al sur del continente. No obstante, la artesanía que hoy conocemos como crochet es producto, esencialmente, de una tradición europea, cuya trayectoria puede trazarse desde antes del Renacimiento y que parece haber sido meramente decorativa y no práctica, cuando menos hasta épocas recientes.


Antes del Siglo XVI, el crochet era simplemente una alternativa para hacer encaje, si bien poco a poco fue adquiriendo su propia identidad. Generalmente, eran las religiosas quienes lo realizaban, y por eso se le conocía como "encaje de monja" o "labor de monja". Las religiosas lo enseñaban a las hijas de la aristocracia y, con el tiempo, llegó a convertirse en el pasatiempo favorito de las damas primero en Italia, y posteriormente en España y Francia.
Cuando a finales del siglo XVIII, la Revolución Francesa obligó a las familias nobles a refugiarse en el exilio, éstas introdujeron el crochet en las tierras en donde se establecieron, es decir, en Irlanda, Inglaterra y los países del norte de Europa.


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